Hace un tiempo que me tomé por costumbre tomar ciertas decisiones «morales» en base a la hora.
Suelo hacerme una pregunta con dos respuestas posibles, guiándome por los minutos, si es par o impar.
Cuando mi pregunta suele ser del tipo moral (mas que nada inherente a mis responsabilidades) siempre la respuesta es la «correcta». Y aunque no me guste le hago caso al reloj 😛
Dios, Jesús, Alá, Buda o vaya a saber si Satanás guían los minutos (y la sincronización del reloj de mi celular) para que siga la senda del hombre responsable.
Debería auto-lapidarme por supersticioso.
Quien eres tu?? le has robado la cuenta al autentico Maxi?
Nono, el verdadero Maxi está ocupado, sólo queda su costado poco pensante.
Yo defino mi suerte en base a llegar antes que el pelado aquel de marrón que camina allá adelante a la parada del bondi. Nunca falla.
La forma elegante de llamar a las supersticiones es «realismo mágico».
En tu caso, Dios no juega a los dados sino a los minutos 😀
Y teniendo en cuenta la alusión religiosa del penúltimo párrafo, supongo que en la frase final quisiste decir «debería auto lapidarme«, porque dilapidar es otra cosa.
No permitas que Shrek te contagie, por favor…
Saludos 😉
Mea culpa, pensé que dilapidar era lapidar dos veces